Las Máscaras de la Divinidad

Definir la naturaleza de las divinidades (dioses, demonios, espíritus, etc.) es una tarea titánica. Lo primero que tenemos que tener en claro es que no hay una visión de la divinidad más acertada que la otra, porque no hay verdades totalitarias y/o únicas, ya que la experiencia es subjetiva y por lo tanto es personal e individual. Ojo, sin embargo, esto no quiere decir que cualquier cosa que se nos pase por la mente es una realidad, ya que también es muy fácil caer en el auto engaño.

            Quiero partir de una primicia que a priori es controvertida pero si se comprende el concepto detrás será más simple de comprender. «El Hombre Inventó a los Dioses» esta frase, que muchos de los que me conocen ya me han escuchado o leído, es una afirmación muy real, no es la negación de la fuerza espiritual, sino el hecho que fue el hombre quien cuando capto una impresión del Otro Lado, le dio un nombre, una forma, diversos atributos y lo plasmó en papel, o lo transmitió de modo oral. Fue la experiencia subjetiva y por lo tanto, la gnosis personal de alguien, en algún momento de la historia, lo que le dio forma a una energía que quizás no la tenía, no al menos como la podemos interpretar con las limitaciones de nuestra mente. Tomemos en cuenta que toda las experiencias vividas con cualquier fuerza espiritual pasa por el filtro de nuestra mente.

            Siguiendo esta idea, podemos afirmar que ninguna visión es más valida que otra. Yo puedo estar trabajando con tal entidad, está me revela un rostro, una manifestación, un sigilo, lo que me inspira a realizar un ritual para contactar con este aspecto particular, el que claramente no está en ningún libro de magia ni fue evidenciado por nadie más. De este modo se forma una nueva máscara de ese ente. Aquí me permito hacer una pausa, este hecho se ha ido repitiendo desde que el mundo es mundo, y por más que haya gente que en su ignorancia le moleste la gnosis personal y crean que es algo estúpido o no valido, porque no tiene validez histórica, deberían rever el concepto. Thelema se formo porque Aleister Crowley recibió por medio de un ritual su Libro de la Ley, Michael Aquino recibió el «Libro de la Llegada de la Noche», sin mencionar que todos los autores modernos, de todas las tradiciones han pasado por lo mismo o similares, y se formaron varias tradiciones de este modo. Nuevamente hay que hacer una pausa, recibir una formula, un ritual o un libro entero, no necesariamente es un elemento que tenga que tener un impacto en otros, puede ser algo personal, y en la mayor parte de los casos lo es, es decir no es que por viene tal o cual divinidad y nos revela un saber, seremos los próximos profetas que van a cambiar el mundo, ante todo pies en la tierra y lógica.

            Yendo un paso más adelante, es posible que encontremos muchas discrepancias sobre una misma entidad, y esto tiene que ver con dos cosas muy puntuales, la primera es que hay que diferenciar el bagaje histórico/antropológico del mágico. No son cosas que necesariamente vayan de la mano, y es por esto que la magia puede, y de hecho es así en muchos casos, estar muy alejada de lo que un libro de historia, mitología o antropología puede llegar a decir. El mago moderno no es una persona que busca reconstruir un culto antiguo, por lo que no nos basamos en un escrito en cuneiforme para hacer el ritual, sino que empleamos herramientas y técnica modernas para entrar en sintonía con esas energía y usarlas en nuestras ceremonias. Claro que la historia, la mitología, la antropología pueden servir como punto inicial o incluso como inspiración, pero es obvio que no vamos a realizar las cosas como hace 500 años atrás. Recordá que antiguo no hace necesariamente algo valido, más poderoso o siquiera con resultados.

            Para citar un ejemplo que se da en la modernidad mágica. Dentro de los grimorios medievales encontramos a Astaroth como un demonio masculino con cierto atributos y características puntuales. Sin embargo, la demonolatria y algunos otros magos, brujas, y demás, comenzaron a afirmar que Astaroth es una corrupción del nombre Astarté, quien es una diosa fenicia de la guerra y el sexo. Supongamos que esto sea así, ¿qué pasa con la experiencia de años de muchos de nosotros que hemos evocado varias veces a este demonio, el que siempre fue claramente masculino? ¿quién tiene la razón? ¿es un demonio o es una diosa fenicia? la realidad es que es subjetivo, mi percepción siempre fue la de un demonio masculino, no la de una diosa, con la que he trabajado de modo activo durante muchos años. En mi caso lo veo con dos divinidades distintas, que no se parecen en nada. Entonces, si quiero llamar a Astarté, no usaría el nombre Astaroth o su sigilo, simplemente porque no son lo mismo. Esto es una cuestión de lógica, ¿si quiero trabajar con tal fuerza, porque llamarla por otro nombre, con otro símbolo, que pertenece a otra tradición? solo por el hecho de que algo se ponga de moda, no quiere decir que esto sea así.

            Algo similar sucedió con Lilith, quien histórica y mitológicamente hablando, nunca ha tenido un culto, nunca ha sido considerada una diosa, sino más bien un espíritu o demonio. Fuimos nosotros, los caminantes del Sendero de la Mano Izquierda, quien luego de años de trabajo con ella, la llegamos a considerar una Diosa, la Regina del Pandemónium, por lo tanto, es una interpretación moderna, no es histórica, no es antropológica. Pero esto no lo hace manos valida.

            También hay otros factores, que a la hora de interpretar a la divinidad que tenemos que tener en cuenta. El primero es el concepto de Arquetipo, el que deriva de Jung, quien fue un psicoanalista que tuvo un profundo impacto e influencia en el esoterismo moderno. La idea de que ciertas figuras se manifiesten de modo universal en todas las culturas hace que podemos reconocer este arquetipo dentro de tal o cual civilización antigua. Así podemos hablar del arquetipo del rebelde, y nos encontramos con Prometeo, quien podría ser un equivalente a Lucifer, o la figura del Bufón o Embaucador quien podría ser Loki o Anansi, entre mucho otros. El otro facto es un poco más complejo, que es el sincretismo, aquí es cuando interpretamos que estamos hablando que es la misma figura, dios, divinidad, etc. ejemplo Lilith y Az-Jeh según Michael W Ford, sería la misma, esto es un ejemplo de sincretismo. No soy un gran fan de este tipo de aseveraciones, en mi experiencia no es así, pero tampoco considero tener la verdad, y después de todo, cada quien tiene que buscar y hacer uso de aquello que le sirva.

            Como punto final, es importante no caer en la trampa de que entendemos a la divinidad y sus misterios en la totalidad y plenitud, no es así, podemos interpretar lo que sucede desde un punto de vista subjetivo. No hace falta que estemos todos de acuerdo en cómo tal o cual fuerza se comporta. Cada quien es libre, o debería serlo, sin que nadie nos condicione o nos diga que esto está bien o mal. Las cosas requieren tiempo, esfuerzo, estudio pero por sobre todo práctica. No te obsesiones con tus resultados, no des por valido nada, dudar es algo sano, con los pies en la tierra es más factible tener una experiencia genuina que ir por el mundo creyendo ser un mesías.

Daemon Barzai

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