El Llamado de la Otredad
Esta es una reflexión algo personal que surgió en mi mente y comencé a desarrollar luego de haber despertado de dormir un rato por la tarde, hoy domingo, con un calor impresionante afuera. Debo decir que es muy raro que duerma por la tarde; usualmente estoy ocupado haciendo cosas o simplemente viendo una serie en Netflix, ya que los domingos no suelo dedicarme a trabajar demasiado y los tomo como un día de descanso.
Mi reflexión surgió a partir de observar a otros practicantes, de mirar mi propia vida y de tratar de comprender dónde estoy hoy parado. Porque les aseguro que la persona que soy hoy no es la misma que fui hace años, ni siquiera es comparable con aquella que comenzó este proyecto de «Diario de un Brujo». Cuando comencé con todo esto, era un niño, y como tal, tenía la fantasía y la ilusión de un mundo diferente; es decir, tenía la inocencia de creer que las cosas funcionaban de un modo. Pero bueno, la vida me fue mostrando que ciertos valores, ciertas ideas y ciertos criterios románticos son solo eso: ideas fabricadas para cubrir lo que sucede realmente. Ojo, si bien fue algo decepcionante crecer y verlo, creo que eso fue lo que me llevó a introducirme en ciertas cosas. No me arrepiento de nada, pero una vez más, hoy ya no soy esa persona.
Por otro lado, sufrí muchas crisis espirituales que me afectaron muy duro en la vida cotidiana: pérdidas, amigos queridos que hoy ya no están, dejar atrás una vida entera, irme a vivir a otro país con una lengua que no es la mía, pasar por el desapego hasta llegar al punto de pensar: «voy a estar solo siempre, y ya, hay que aceptarlo». Y cuando me refiero a «solo», no hablo de no tener un compañero de vida, al contrario, en ese sentido estoy bendecido; me refiero a no tener amigos, ya que vivir en otro lugar, con costumbres tan diferentes, no es fácil. La gente no te recibe con los brazos abiertos, y si bien soy italo-argentino, tampoco creamos que el pueblo italiano te hace parte de ellos.
Pasaron cinco años, y una pandemia, hasta que al final tomé la decisión, una vez más, de dejar todo atrás, incluso mi casa, la que me costó mucho trabajo poder tener, e irme de Italia. Era quedarme ahí y vivir como un ermitaño, diciendo la frase «Ciao y Prego» sin más, o hacer un cambio, arriesgarlo todo y ver qué pasaba. No les voy a mentir, uno se cansa de dejar todo una y otra vez y comenzar de cero; es agotador. Algunas veces es lindo tener una base, una estructura, pero bueno, son decisiones que uno toma. Y así, me vine a vivir a Madrid, España. Acá la vida es diferente: la misma lengua, a pesar de las variaciones, y la gente es muy agradable. No les importa que seas extranjero, al menos no si sos italo-argentino; te reciben bien, te tratan bien y es posible tener una vida más parecida a lo que uno está acostumbrado.
Y acá llego a la reflexión: luego de tantos esfuerzos, de tantos sacrificios que obviamente la gente no sabe, miro hacia atrás y me siento en la obligación de preguntarme si el camino espiritual y mágico es lo que yo esperaba. Hoy puedo decir que sí, que no ha sido fácil para nada, pero hay algo, hay una exigencia en todo esto que es la entrega. Lo podemos llamar como nos venga en gana, pero es esa entrega completa y total hacia el Otro Lado lo que hace que esto pueda funcionar de verdad. Y no hablo de devoción ciega, ni de creer con fe en algo más allá de nosotros, no. Hablo de una entrega tan grande que nos dejamos caer en brazos de la otredad; es ahí cuando todo realmente puede cambiar, cuando todo realmente se puede transformar. Algunos dirán que esto es el verdadero proceso iniciático, y quizás lo sea. Cada quien lo tiene que definir como quiera. Pero es ahora cuando algo dentro mío siente ese llamado, algo que hace años no me pasaba, y me llama a tomar una decisión, a entregarme sin mesuras, a tener una confianza en esa otredad que solo se tiene con gente muy, pero muy cercana, y quizás aún más.
Este es el llamado que siento hoy y, nada, quería compartir algo íntimo de mis procesos espirituales y no solo elementos técnicos del saber oculto.
Gracias por leer.
Daemon Barzai
Gracias por compartirlo.
Hola Barzai. Esta es otra de tus reflexiones más personales y de las que quizás puedan ponerme a reflexionar más a profundidad que incluso una en la que hables sobre conocimiento esotérico o técnicas mágicas. Cuando leí el título »El Llamado de la Otredad» y leí rápidamente tu escrito, realmente pensé en algo así como que ya habías entregado todo en el Sendero Siniestro y que estabas listo para trascender. Rápidamente entendí que te encontrabas hablando de algo más… Algo que es definitivamente muy personal y que solo tú puedes comprender.
Si me permites dar mi opinión, y por lo que has escrito en tus últimos posts, creo que de verdad ya has trascendido el »Left Hand Path» y has logrado superar la dualidad existente dentro del Esoterismo (que estos tiempos en lugar de hacerse menos evidente, se ha acentuado y radicalizado más, en fin, cosas del siglo XXI). También lo escribo porque ahora pones el pentagrama hacia arriba en la imagen de la http . Solo especulo tonterías, tú solamente sabes de lo que estás hablando.
Desgraciadamente, mi encuentro con la Magia fue a una edad tardía y no tuve tanto margen de tiempo para poder leer más, aprender más y sobretodo tener la iniciativa y la voluntad de practicar más. En fin, en ese aspecto sí estoy de acuerdo con los que dicen que cada ser humano nace con un Destino y que ciertas cosas en nuestras vidas están predeterminadas. Aún así, espero poder lograr un nivel en el que pueda, al igual que tú, poder descubrirme a Mí Mismo y lograr las conclusiones a las que has llegado.
¡Un Saludo!
Enrique, buenos días. Primero que nada, quiero agradecerte por tu comentario; realmente es interesante todo lo que mencionas. No estoy seguro de si he trascendido el LHP, pero sí sé que en mi vida hay cosas que ya no funcionan, y simplemente estoy en otro momento. Siempre trato de compartir con los demás lo que sé, lo que he experimentado y lo que me ha servido, con la intención de que otros puedan encontrar algo de inspiración.
Las reflexiones personales son algo íntimo, pero también las comparto porque entiendo que en este viaje uno nunca está realmente solo. Hay más personas allá afuera que, a veces, sienten o experimentan cosas similares a las de uno, cada cual a su manera, y saber que no estamos solos es importante.
Tu reflexión no es equivocada, pero tampoco siento que haya alcanzado algo que nadie más haya logrado. Al contrario, me queda mucho por hacer. Hoy disfruto de otras cosas y vivo mi espiritualidad de una manera diferente.
Nunca es tarde para hacer lo que deseamos. Mientras haya ganas, siempre podemos actuar, no importa si hacemos mucho o poco; lo que importa es que hagamos aquello que nos haga felices. Busca lo que te haga bien, lo que te llene, lo que te complemente. No importa si es de Derecha, de Izquierda, o si está más allá de la dicotomía maniquea; sé tú mismo, sé feliz. Es tu espiritualidad, no la de alguien más.
Una vez más, gracias por tus palabras.
D.B.