Sentidos Psíquicos
En casi todos los libros de magia moderna, sin importar la tradición que sigan los autores, siempre nos topamos con la visualización como parte esencial de los ejercicios: visualiza esto, visualiza aquello, imagina tal escenario, imagina tal dios, etc. Pero, ¿qué pasa cuando simplemente no podemos imaginar? ¿Cuándo no somos capaces de visualizar por más que lo intentemos una y otra vez? ¿Estamos destinados al fracaso mágico? La respuesta es no.
Hago un mea culpa en esto, ya que soy uno de esos autores que ha propuesto una y otra vez: «visualiza…» sin considerar que no todas las personas tienen las mismas capacidades, y sobre todo, que no todas las personas son visuales.
Sucede con frecuencia que muchas personas terminan frustradas y dejando de lado un ejercicio que les interesaba, o toda una herramienta de trabajo, como el uso de espejos, solo porque no tienen esta habilidad. Para todos ustedes, tengo buenas noticias: aún se puede trabajar con las mismas consignas y herramientas, pero de un modo diferente. Si no eres visual, no pasa nada, aún tienes varios otros caminos que te pueden llevar a obtener los mismos, o incluso mejores, resultados.
Lo primero que debes hacer es darte a la tarea de conocer tus limitaciones. Y aunque más adelante puedas buscar desarrollarlas, al principio es importante identificar cuáles son tus sentidos psíquicos más desarrollados y cuáles no. Así te ahorras mucho tiempo y frustración. Lo que importa son los resultados, más allá de a través de qué sentido los percibimos.
¿Cómo puedes comprobar tus sentidos psíquicos? Pues con prueba y error. No hay otro medio, no hay alguien que te pueda decir «este sí» o «este no». Si bien se supone que hay gente que te podría orientar por medio de un oráculo, ¿de verdad prefieres que alguien más te condicione en vez de averiguarlo por ti mismo?
Algunas personas tienen más de una habilidad, mientras que otras solo una, y con el tiempo y la práctica serán capaces de desarrollar otras. Aquí no existe algo así como un «don»; esto no es un regalo divino, es parte de las facultades psíquicas de todo ser humano. Todos tenemos estas capacidades, algunos más latentes, otros más dormidas, pero es parte de quienes somos.
Si no eres capaz de observar con el ojo de tu mente una manzana y sostener esta imagen por algún tiempo, será complicado visualizar un portal por el cual emerge un espíritu y se comunica contigo, o será aún más complejo que te veas cruzando por dicho portal. Es simple: si no eres capaz de ver algo simple, quizás lo visual no sea lo tuyo aún, y antes de perder el tiempo, te recomiendo pasar directamente a otros sentidos. Tampoco es cuestión de hacer un solo intento y al primer desafío dejar todo, prueba varias veces.
Algunas personas simplemente sienten, son más de sensaciones que de visiones o imágenes mentales. Otros pueden oír; a veces el sonido parece ser algo físico, comienza como un vacío en los oídos y puedes escuchar como una especie de eco. Otros lo hacen de modo más mental, escuchan «voces» dentro de su mente, con información que claramente no les pertenece. Algunas personas tienen la capacidad de recibir mensajes a través de la escritura automática: frente a una hoja de papel y con un bolígrafo en la mano, comienzan a escribir o dibujar sin saber lo que están haciendo.
Estas son solo algunas de las posibilidades, y todas se incrementan cuando buscamos la comunicación con el mundo espiritual o realizamos ejercicios de adivinación, proyección de energía, hechizos o viajes espirituales.
Lo que debemos aprender es a abrirnos a la experiencia, permitiendo que sea nuestra intuición la que nos guíe en lo que debemos hacer. Si no puedo visualizar, quizás pueda sentir, oler o palpar la energía. Si somos flexibles y nos abrimos, sumado a la creatividad que le pongamos a los ejercicios y prácticas, es posible que en poco tiempo descubras cuáles son tus sentidos psíquicos más activos y de ahí en adelante puedas trabajar con ellos, potenciándolos y haciendo que tu camino mágico-espiritual sea más rico.
Abre tu mente y deja que tus sentidos psíquicos te guíen en el viaje.
Daemon Barzai